viernes, 17 de mayo de 2019

Perjuicio a Quito y politiquería







Al no renovar el arriendo de la Plaza de Toros Belmonte de Quito por parte del Municipio, por la presión del nuevo alcalde elegido, un gran grupo de ciudadanos y sus familias son las que van a perder, la lista es amplia, empresarios, toreros, subalternos, picadores, ganaderos, transportistas, vaqueros, veterinarios, areneros, monosabios, acomodadores, carpinteros, guardias privados, vendedores, cocineros, artesanos, artístas, modelos, musicos, imprentas, agencias de publicidad, rotulistas, tenderos, cuidadores de autos, revendedores, comerciantes de asientos, plásticos, sombreros, dulces etc, los dueños de restaurantes, tiendas alrededor de San Blas, parquedaderos municipales, mucha gente deja de tener ingresos extras por no dar espectáculos taurinos en Quito, recordemos que esta actividad económica genera impuestos, IVA, ingresos para el Municipio directos e indirectos, arriendos, permisos etc.


Miles de aficionados que después de los festejos, realizan importantes gastos en varios locales de la ciudad, lo que genera más recursos, tanto tributarios como en beneficio para los emprendedores y negociantes de alimentos de la ciudad,  es decir se generan más recursos a una ciudad "sin plata" como dice el nuevo alcalde, ya no lo harán.

Ahora pretenden que la plaza de toros Belmonte, no sea arrendada nuevamente para realizar espectáculos taurinos, otro inmueble de los cientos que tiene el municipio que no generará ingresos a la ciudad, todo esto a nombre de un populismo animalero, que solo representa desempleo, más pobreza para todos y más despilfarro de dineros públicos en actos gratuitos que bien los podía hacer en otro lado.

Como apoyar con agrado, la labor de un alcalde que consiguió el 20% por ciento de la votación para ganar las elecciones y que sin posesionarse todavía, se fue en contra del 45% de los votantes a favor de la fiesta brava en la capital, que recuerde el nuevo alcalde que debe gobernar la ciudad para todos, no solo para grupos minúsculos y noveleros, si así comienza, como terminará, una pena para la ciudad, que ha tenido en su historia a señores Alcaldes, que han respetado las tradiciones y los gustos de sus ciudadanos, así no hayan sido aficionados a la fiesta brava, pero que les ha sobrado cariño por la ciudad, su gente y su variedad de gustos y sobre todo inteligencia para aprovechar recursos para la ciudad.