Da gusto asistir a una
corrida en la que los cinco toreros nacionales se arrimaron, dejando
todo de si, cuajando faenas de gran valor ante toros serios con trapío y
trasmisión, poco más de media plaza asistió y aplaudió a cada uno de
los alternantes del cartel. Digno de destacar el encierro de la
ganadería de Rumiquincha que tuvo peso y bravura.
Abrió plaza el aspirante a rejoneador
Álvaro Mejía, con buen dominio de sus caballos, recogió a su astado en
los medios y desplegó su buen quehacer colocando en buen sitio rejones y
banderillas que adornaban el lomo de su enemigo, lamentablemente el
toro manseo y se refugió en tablas lo que dificulto la lidia, entró a
matar con dos intentos y tuvo que bajarse para pasaportar a su toro con
el uso del descabello. El público aplaudió al joven rejoneador por su
actuación.
El segundo de la tarde correspondió Cruz
Ordoñez, que es el torero ecuatoriano que más oportunidades de torear
ha tenido este año. Pechó con el mejor toro de la tarde, un burraco de
hermosas hechuras y buen juego, humillaba, noble y bravo. Con el capote
hilvano verónicas de gran calidad. Lamentablemente no alcanzó a entender
la calidad del toro que hizo por él, al punto que recibió una dramática
paliza que mermó sus condiciones para el resto de lidia, pinchó tres
veces y al final con una estocada delantera y caída despachó a su burel,
escuchó dos avisos.
Juan Francisco Hinojosa recibió al
tercero de la tarde con una larga cambiada y verónicas ovacionadas por
el respetable, aprovechó las condiciones del toro, hilvano una faena de
muleta con hondura y sentimiento; logrando derechazos y naturales
templados y pintureros, una faena de mucho valor y temple que la terminó
con una gran estocada entera y en su sitio, que pasaporto sin puntilla a
su toro, recibiendo una oreja con fuerte petición de la segunda.
El quinto de la tarde fue el toro con mayor trapío del encierro, le correspondió al quiteño Martín Campuzano, que como es su costumbre se arrimó y derrocho valor, sumando una faena alegre que caló en los graderíos que aplaudían su accionar. Un par de verónicas y chiquelinas son dignas de destacar por la quietud y mando, con la muleta logro hilvanar varias tandas de variado repertorio. Una gran estocada pasaportó a su toro sin puntilla, hecho que consumado al conjunto de la faena mereció el premio de una oreja que la paseó en medio de sonoros aplausos.
Cerró plaza el rejoneador de toros
Sebastián Peñaherrera, colocó un solo rejón de castigo y luego seis
banderillas largas, y una rosa, toreando y lidiando al toro, sacándolo
de la querencia, demostró que cada vez está más acoplado a sus
cabalgaduras, con las cuales y sumadas a su afición, le permiten lidiar
faenas vistosas y con cuajo, mató a su astado al tercer intento, el
público pidió y se le concedió una oreja, que emocionado la paseó.
Síntesis de la Corrida:
Plaza de Toros San Isidro Labrador en Latacunga, provincia de Cotopaxi,
media plaza, se lidiaron toros de Rumiquincha y uno de Huagrahuasi,
corrida bien presentada y de variado y buen juego. Alvaro Mejía: palmas; Cruz Ordóñez: silencio; Juan Francisco Hinojosa: oreja; Martín Campuzano: oreja; Sebastián Peñaherrera: oreja;
Incidencias: Un
encierro muy bien presentado el de Rumiquincha. Los subalternos Juan
José San Martín e Ignacio Almeida, saludaron desde el tercio por unos
muy buenos pares de banderillas que el público los aplaudió. El toro de
Cruz Ordóñez fue aplaudido en el arrastre.