Con el afán de difundir el conocimiento sobre el mundo taurino en el
país, Toros Ecuador ha iniciado un periplo visitando los principales
cortijos y haciendas de ganado de lidia en el territorio nacional. Esta
vez visitamos el Cortijo ¨Los Campanarios¨, cuyos detalles de diseño nos
hablan por sí solos de la pasión y buen gusto de su propietario.
En el ¨Rincón del Coronel¨ nos recibió
don Edgar Salinas, Coronel en servicio pasivo, que al contarnos algo de
su historia personal, nos devela sus dotes de artista en todo el sentido
de la palabra. Torero, pintor, escritor, a más de haberse laureado en
ingeniería y electrónica.
La nueva carretera que une Pifo con
Pintag ha cortado no solo la integridad de la hacienda, sino también la
paz que hubiera en el pasado reciente, y ha hecho un tajo en el verde
paisaje andino. Una capilla, una sala de reuniones y por supuesto un
cortijo impecable se nos abren a la vista mientras caminados con don
Edgar. El sol intensifa las tonalidades de color durazno y salmón de las
instalaciones, y avivados los sentidos, nos cuenta de su paso por su
afición taurina.
Como torero, Edgar Salinas llegó a ser
novillero de alto vuelo, toreando en la Plaza Arenas y la nueva plaza
de Iñaquito. El destino no dejó que continuara una carrera que se veía
prometedora. La muleta era su fuerte, nos dice, pero la espada su punto
débil.
Hizo su vida conduciendo aviones en la
Fuerza Aérea, pero no dejó su afición, y por ello construyó su hacienda
con toros bravos. Y pese a las dificultades, se ha abierto espacio como
ganadero, con ganado de procedencia de encaste Domecq, mismo que vende a
Colombia, así como también en el mercado ecuatoriano también. Pronto
veremos una corrida de toros seria de su hierro en la ciudad de
Machachi.
Quedamos muy agradecidos por la
hospitalidad del Coronel Salinas, pero sobre todo por su frontalidad y
su honestidad torera. Como Toros Ecuador nos sentimos muy satisfechos y
nutridos por la sabiduría de este hombre profundo, que además es un
defensor frontal de la fiesta brava. Gracias por todo ello, don Edgar
Salinas.
Esta es la otra cara de la fiesta brava,
donde nace esta pasión, con el sacrificio y trabajo de hombres que les
mueve únicamente la pasión y la afición, las ganaderías de bravo son un
puntal fundamental de la fiesta brava ecuatoriana.
Sabemos que en los próximos días, el
programa Rutas Taurinas, visitará con un grupo de aficionados esta
hermosa hacienda, actividades como esa enriquecen a la fiesta brava.
GALERIA FOTOGRAFICA
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