Los cerca de siete mil aficionados que concurrieron a la Plaza Macarena de Medellín fueron testigos de un variado, y a momentos, emotivo mano a mano entre el maestro Sebastián Castella y el colombiano Luis Bolivar, que gracias a su entrega y calidad abrieron la puerta grande.
Varias personalidades de la ciudad asistieron al festejo, entre ellas el afamado escultor Fernando Botero y su señora. Allí, en ese ambiente de calidez paisa, Toros Ecuador estuvo presente para compartir imágenes, vivencias y esta crónica con los taurinos del Ecuador y del mundo. Por su parte, la prensa colombiana y un sinnúmero de aficionados colombianos manifestaron su apoyo y solidaridad a la causa de la defensa de la fiesta brava en Ecuador.
Se lidiaron seis toros de la ganadería La Carolina, de propiedad de la familia Uribe, de buena presentación, por trapío y calidad en líneas generales. El francés Sebastián Castella abrió plaza con una magistral tanda de verónicas que calentaron el ambiente y hacían presagiar una tarde llena de emociones y arte. El toro Relojero transmitía, aunque por momentos se apagaba. Con la muleta, Castella tuvo tintes de enorme calidad artística, derechazos templados y sobre todo naturales con hondura y sentimiento, que provocaban al público levantarse de sus asientos para aplaudir y agradecer la entrega del torero. La gran faena no pudo concluír con premios por los dos intentos de estocada y un descabello que requirió el matador francés para dar muerte al toro en suerte.
El segundo de su lote, derrochó clase, hecho que aprovechó el gran torero francés para fraguar una fanea monumental, plena, profunda, valiente, al más puro estilo de Castella. El capote parecía una extensión del matador que invitaba suavemente a Armillero a acompañar su recorrido largo y templado. Acudió al caballo con fuerza y sin escapar del castigo, transmitió peligro en el juego de banderillas, bien colocadas por los banderilleros colombianos. La faena de muleta fue lo mejor de la tarde, repleta de alardes preciosistas de enorme valor artístico; derechazos, muchos de ellos en redondo, forzados de pecho, trincherazos, y sobre todo los mejores naturales que se han visto en un buen tiempo, provocaron el delirio del público paisa que recompensaba con olés y aplausos llenos de emoción. Se escucharon algunos pedidos de indulto, pero Castella entró a matar con un estocadón en todo lo alto y hasta la empuñadura. La Presidencia acogió el ensordeceror pedido del público, y premió con dos orejas y una muy ovacionada vuelta al ruedo a la entrega y arte de Castella. El toro, Armillero, también fue reconocido con aplausos.
Su tercer toro fue el de menos calidad y bravura de toda la corrida. Castella poco pudo hacer para sacar una faena constante, por lo que los destellos de calidad se perdían en los síntomas de mansedumbre del burel.
El líder del escalafón colombiano, Luis Bolivar, no pudo encontrar su sitio en los dos primeros toros de su lote. Tuvo momentos de lucidez y brillo, pero no la constancia para cuajar faenas enteras. Los toros tampoco lo ayudaron, pues tuvieron algunos destellos de calidad, pero también de mansedumbre y falta de recorrido.
Pero Bolivar no estaba dispuesto a salir vencido de la plaza, por lo que salió a por todo en el sexto de la tarde. Chaquiro, de 500 kilos de peso, y un trapío digno de las mejores plazas del mundo, le ofreció la oportunidad de demostrar el temple y calidad del torero caleño. Excelentes verónicas y una fanea extendida en calidad y cantidad de pases de muleta, de variada ejecutoria, levantó el sentimiento nacional del respetable y se entregó al arte del torero. Pases en redondo de gran calidad, molinetes, y derechazos templados transmitían pasión y arte. Una estocada entera, algo trasera, fue suficiente para pasaportar al toro sin puntilla. El pedido de dos orejas era ensordecedor, y le fueron concedidas ante la euforia y alegría de la afición paisa.
Tarde completa, dos matadores, dos triunfadores. Ambos salieron en hombros por la puerta grande de la Macarena. Igual el ganadero acompañó la vuelta triunfal en medio del delirio de la afición.
Toros Ecuador queda muy agradecido por las gentilezas y facilidades brindadas por la empresa Conmacarena, por haberle permitido testificar una tarde de toros memorable. Gracias Medellín, gracias matadores, gracias a todos ustedes. Hasta la próxima.
El Morenito de la Reina