Santiago Aguilar, crítico taurino, señaló que si bien la decisión del presidente Correa es respetable, sin embargo, a su criterio carece de un análisis más amplio, porque el espectáculo de los toros tiene una inmensa base popular en todo el país y no únicamente en Quito como se piensa.
Dijo que en Ecuador, entre corridas formales e informales, se realizan unos 200 eventos anualmente a las que asisten más de medio millón de personas y “viven miles de personas”, aunque no precisó cifras.
Ogaz descartó que la abolición de las corridas de toros pueda afectar significativamente a la economía puesto que, en el caso de Quito que es donde está más arraigada la denominada fiesta brava, únicamente son 8 días en el año en los que se realiza este tipo de espectáculos.
“No se puede comparar, es tramposa esa información”, dijo y señaló que es una cadena muy restringida la que afectaría con la prohibición.
El activista deploró que se defienda un espectáculo violento con el argumento de que afecta la economía porque entonces se podría decir lo mismo de la pornografía infantil, que deja bastantes réditos, pero es una actividad ilegal y deleznable.
Aguilar señaló que la fiesta de los toros es una tradición que tiene más de cuatro siglos de existencia vigencia en Ecuador, país que tiene 35 plazas de toros estables y otras cientos improvisadas que se montan durante el año.
Además, en defensa de la actividad, el experto dijo que en más de cien cabeceras cantonales del país se montan anualmente corridas de toros formales o populares.
Cree que el tema de las corridas es importante, pero no al punto de someterlo a una consulta popular y cree que no necesariamente el espectáculo taurino contribuye a la violencia.
“La inequidad, la falta de oportunidades o la existencia de sistemas educativos, de seguridad social, de salud excluyentes completamente (contribuyen a la violencia). No es responsabilidad de este Gobierno la estructura de esta sociedad injusta. La injusticia de la sociedad es el principal motor de la violencia, buscar razones en un tema de muy relativa importancia como las corridas de toros para buscar explicaciones de la violencia no es del todo correcto”, sostuvo Aguilar.
Reconoció que tal vez la fiesta de los toros debería evolucionar y sería un buen camino para “conciliar” las posturas divergentes que exsten.Fuente Agencia Andes