Una novillada internacional,
interesante y llena de detalles se vivió en la Plaza de toros “Javier
Erazo Basantes” de la ciudad de Riobamba, lastimosamente la espada
impidió el triunfo de los tres novilleros acartelados, los cuales
derrocharon entrega, voluntad y valentía en el ruedo.
El novillero mexicano Iván Hernández que
reemplazó en el cartel a su compatriota José María Hermosillo, el cual
no pudo asistir por razones logísticas, fue el único que tocó pelo esa
tarde al cortar una oreja al primer novillo de su lote, tras una buena
faena realizada por el norteño que lo hizo merecedor a cortar un trofeo
por su buena manera de torear.
El novillero colombiano Juan Sebastián
Hernández, dejó una grata impresión a la afición que se dio cita a la
plaza de toros, estuvo muy bien con el capote en sus dos novillos y les
dio varias tandas de muletazos con las dos manos, falló con los aceros,
dió una vuelta al ruedo en su primero y recibió palmas en su segundo
novillo.
José Andrés Marcillo estuvo muy
entregado en su primer astado, al cual le toreo muy vistosamente con el
capote, de a poco se fue apagando el novillo y no le permitió el
lucimiento, tuvo dificultades para pasaportarle y recibió palmas por su
labor. En el segundo novillo salió a por todas, lo recibió con una larga
cambiada y verónicas vistosas y después quites pintureros, con la
muleta le dió varias tandas por naturales y derechazos, realizando una
faena poderosa sometiendo al burel que se refugió en tablas y allí le
hizo la faena, lamentablemente los aceros no lo acompañaron y perdió las
dos orejas que ya las tenía aseguradas.
El encierro de la ganadería “El Carmen”
estuvo bien presentado con peso, tuvo variado juego, lo que abonó a la
seriedad del evento que cumplió con todas las formalidades, la afición
asistió en un buen número y salió con un buen sabor de boca.