El cartel que Toros Ecuador
vino a cubrir en Valencia no era poca cosa. Frente a frente dos
poderosos del toreo actual. Talavante está cada vez más cuajado. Y que
decir de Morante, el genio del toreo actual y para muchos, incluso para
mí, uno de los grandes de la historia.
Tres toros de Domecq le tocaron en
suerte a Morante, ninguno de ellos con fuerza ni raza. Es penoso ver
cómo una ganadería tan sería e histórica esté produciendo este tipo de
toros, sosos y sin recorrido ni transmisión.
En los dos primeros toros de Morante, el
sevillano dibujó esas verónicas inmortales que sólo él es capaz de
crear. Pero sin toro nada se podía hacer.
Parecía que iba a ser lo mismo el
tercero, otro manso al cual el público exigía que el maestro lo
despachara. Pérez en apenas un segundo todo cambió, cuando con la muleta
Morante cuajó una tanda de pases que pusieron de pie y con la piel de
gallina a toda plaza. Los gritos destemplados fueron reemplazados por
gritos de olé olé y olé. Los aplausos y la entrega del público era
evidente. En el ruedo, Morante realizó unos derechazos que hacían que el
toro se confunda con el trapo y cuerpo del torero por lo ceñidos que
eran.
Los recortes daban aire al bicho y lo ubicaban donde el torero
quería. Un aura de embrujo cubrió el coso valenciano. El genio estaba
presente. Mató con un estocadón y paseó una oreja muy merecida ante el
clamor del respetable que vitoreaba su nombre. Vaya dicha de haber visto
semejante pedazo de torero.
Talavante busca en cada tarde ganar más
cartel entre las figuras del toreo. Aún tiene la manía de ser demasiado
técnico y llevar al toro por fuera. Pero nadie pie negar sus virtudes, y
ahora las afloró en varios momentos de la tarde. Una oreja en su
primero y otra en su tercero fueron los justos premios para sus faenas
que tuvieron transmisión, especialmente en su primero. Con la muleta se
sintió cómodo y cuajó buenas tandas de derechazos y naturales de
calidad. Buscó, y a ratos lo logró, fijar al toro en los medios y lo
hizo humillar en redondos de mucha valía. Dos buenas estocadas en esos
toros completaron faenas de mérito que lo enrumbo a la puerta grande,
que la vio en hombros.
Mañana estaremos en la última de Feria,
que es el mano a mano de los rejoneadores Andy Cartagena y Diego
Ventura, con toros de Fermín Bohórquez. Morenito de la Reina.
Plaza de Valencia: Tres cuartos de
plaza. Morante de la Puebla: Silencio, silencio y oreja tras aviso que
no paseó; Alejandro Talavante: Oreja, silencio y oreja tras aviso,
Ganadería: Toros de Juan Pedro Domecq de mal juego y Victoriano del Río
dos encastados y nobles.